La Catedral de Canarias acogió la Eucaristía de Nochebuena, presidida por Mons. José Mazuelos, en la que la comunidad diocesana celebró el nacimiento del Señor.
En su homilía, el obispo recordó que Dios entra en la historia de un modo inesperado: no como juez ni como guerrero, sino haciéndose Niño. Un Dios que no nace en palacios ni busca imponerse, sino que se manifiesta en el silencio y la sencillez, acercándose a la fragilidad humana.
Mons. José Mazuelos subrayó que el Señor se hace pequeño para que no tengamos miedo, para recordarnos que no estamos solos y que su presencia no es un poder que domina, sino un amor que abraza. Invitó a abrir los ojos del corazón, como hicieron los pastores, y a salir al encuentro de Dios desde la humildad.
La celebración concluyó con un gesto de adoración y veneración ante la imagen del Niño Jesús, expresión de fe y de acogida del Dios que nace para cada uno de nosotros y quiere habitar en nuestra vida.
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