Lanzarote celebró la beatificación de Jacinto Vera

Lanzarote celebró la beatificación de Jacinto Vera

A las 6 de la tarde del martes pasado, 6 de junio, -un mes después de su proclamación- Lanzarote celebró en la Parroquia de San Roque de Tinajo la beatificación del lanzaroteño Jacinto Vera Durán, nombrado primer Obispo de Uruguay el 15 de julio de 1878.

Con la asistencia de gran parte del clero de la isla, entre ellos el párroco de Tinajo, Francisco Garcia y con la asistencia del Obispo Auxiliar de Canarias, Mons. Cristóbal Déniz y  el Delegado diocesano para las causas de los santos, Higinio Sánchez, comenzó la Eucaristía de Acción de Gracias presidida por el Obispo de la Diócesis de Canarias, Mons. José Mazuelos, con la bendición del cuadro del pintor tinerfeño Roberto Miranda, autor, además, de los cuadros de los beatos de Gran Canaria Fray Tomás Morales y Sor Lorenza Bolaños.

La Eucaristía continuó con la canción compuesta por el P.  Lucho Ferres, con motivo de de la beatificación y que se repitió al finalizar la misa.

En el templo se dieron cita feligreses procedentes de distintos puntos de la isla y se contó con la presencia del Alcalde de Tinajo, Jesús Machín y los concejales de dicho ayuntamiento, Yurena Cubas, Concejala de Cultura, y Luis Miguel Pérez, Concejal de Vías y obras del Ayuntamiento.

En el próximo mes de septiembre, la Parroquia de Tinajo recibirá la visita de Mons. Alberto Sanguinetti Montero, obispo emérito de Canelones en Uruguay y Postulador de la causa de canonización de Jacinto Vera. 

En la biografía publicada en la revista diocesana IGLESIA AL DIA, el sacerdote e historiador de la Iglesia en Canarias, Julio Sánchez, define a Jacinto Vera como «el Buen Pastor”. 

“Lo fue como Párroco de Canelones” –indica en dicho artículo-, “como Vicario Apostólico y como Obispo. Recorrió varias veces el país en sus misiones rurales. Celebraba la Eucaristía, oraba, catequizaba, confesaba incansablemente, impartía la confirmación, visitaba a los enfermos... Escribió numerosas Cartas Pastorales. Puso especial interés en fomentar la formación humana, impulsando centros y espacios de cultura, como el Club Católico, el Liceo de Estudios Universitarios, el Instituto Pedagógico y el periódico «El Mensajero del Pueblo».