Este fin de semana se celebra en Roma el Jubileo de la Comunicación, en el que el Papa ha animado «a descubrir y a contar las numerosas historias de bien escondidas entre los pliegues de la crónica»
El papa Francisco se ha dirigido hoy a periodistas de todo el mundo con motivo del Jubileo de las Comunicaciones, que se celebra este fin de semana en Roma. «En nuestro tiempo, marcado por la desinformación y la polarización, donde pocos centros de poder controlan un volumen de datos e informaciones sin precedentes, me dirijo a ustedes convencido de cuán necesario —hoy más que nunca— es su trabajo», ha afirmado el Santo Padre, quien también ha querido destacar «su valiente compromiso» como algo «indispensable para poner en el centro de la comunicación la responsabilidad personal y colectiva hacia el prójimo».
Así las cosas, el Pontífice ha destacado que «hoy en día, con mucha frecuencia la comunicación no genera esperanza, sino miedo y desesperación, prejuicio y rencor, fanatismo e incluso odio», advirtiendo de que «muchas veces se simplifica la realidad para suscitar reacciones instintivas; se usa la palabra como un puñal; se utiliza incluso informaciones falsas o deformadas hábilmente para lanzar mensajes destinados a incitar los ánimos, a provocar, a herir». En este sentido, el Papa ha subrayado la «necesidad de “desarmar” la comunicación, de purificarla de la agresividad». Y ha sentenciado que «reducir la realidad a un slogan nunca produce buenos frutos».
En otro orden de cosas, Francisco también ha querido centrarse en «otro fenómeno preocupante, que podríamos definir como la “dispersión programada de la atención” a través de los sistemas digitales, que, al perfilarnos según las lógicas del mercado, modifican nuestra percepción de la realidad», minando las bases para «ser comunidad, la capacidad de trabajar juntos por el bien común, de escucharnos, de comprender las razones del otro».
En relación con la esperanza, tema propio del Jubileo, el Pontífice ha citado a Georges Bernanos, quien escribió que «solo esperan los que han tenido el valor de desesperar de las ilusiones y de las mentiras en las que encontraban una seguridad que tomaban falsamente por esperanza. […] La esperanza —mantenía el francés— es un riesgo que correr. Incluso es el riesgo de los riesgos». «La esperanza es una virtud escondida, constante y paciente», ha añadido Francisco, subrayando que «para los cristianos la esperanza no es una elección opcional, sino una condición imprescindible». Pues los cristianos, en su opinión, «no son aquellos que “hablan” de Dios, sino aquellos que reflejan la belleza de su amor, una forma nueva de vivir todas las cosas».
El Santo Padre también ha recurrido a san Pedro cuando escribe que la respuesta a la búsqueda de sentido ha de ser dada «con delicadeza y respeto». «La comunicación de los cristianos —ha afirmado Francisco— debería estar entretejida de mansedumbre, de proximidad, al estilo de los compañeros de camino, siguiendo al mayor comunicador de todos los tiempos, Jesús de Nazaret, que a lo largo del trayecto dialogaba con los dos discípulos de Emaús haciendo arder sus corazones».
Por eso, el Papa ha reconocido que sueña «con una comunicación que sepa hacernos compañeros de camino de tantos hermanos y hermanas nuestros, para reavivar en ellos la esperanza en un tiempo tan atribulado», una comunicación «capaz de hablar al corazón, no de suscitar reacciones pasionales de aislamiento y de rabia, sino actitudes de apertura y amistad; capaz de apostar por la belleza y la esperanza aun en las situaciones aparentemente más desesperadas; capaz de generar compromiso, empatía, interés por los demás».
Para llegar a este ideal, ha sostenido, debemos curarnos de las «enfermedades» del «protagonismo y de la autorreferencialidad». Así, ha animado a los periodistas de todo el mundo «a descubrir y a contar las numerosas historias de bien escondidas entre los pliegues de la crónica; a imitar a los buscadores de oro, que tamizan incansablemente la arena en busca de la minúscula pepita». «Es hermoso encontrar estas semillas de esperanza y darlas a conocer. Ayuda al mundo a ser un poco menos sordo al grito de los últimos, un poco menos indiferente, un poco menos cerrado», ha agregado.
Por último, ha alertado de «las vertiginosas conquistas de la técnica», ante las cuales las ha invitado «a cuidar sus corazones, es decir, la vida interior». En este sentido, les ha conminado a «no permitir que las reacciones instintivas guíen la comunicación», así como a «sembrar esperanza siempre, aun cuando sea difícil, aun cuando cueste, aun cuando parezca no dar fruto». En definitiva, a «intentar practicar una comunicación que sepa sanar las heridas de nuestra humanidad».
Más información: Ecclesia
Imagen: VaticanMedia
Hemos detectado que está usando Internet Explorer en su ordenador para navegar en esta web. Internet Explorer es un antiguo navegador que no es compatible con nuestra página web y Microsoft aconseja dejar de usarlo ya que presenta diversas vulnerabilidades. Para el uso adecuado de esta web tiene que usar alguno de los navegadores seguros y que se siguen actualizando a día de hoy como por ejemplo: